EL GUIÓN: UNA PASIÓN DE GABO - Mensaje de la Directora
viernes, 28 de septiembre de 2012
Mensaje de la Directora de la Cinemateca del Caribe - XVI Salón Internacional del Autor Audiovisual
Por Irene Insignares Logan
Directora Cinemateca del Caribe
Mucho se ha hablado y escrito de los “amores difíciles” de Gabo –nuestro patriarca caribe más unánimemente querido y más justamente famoso– con el Cine.
Directora Cinemateca del Caribe
Mucho se ha hablado y escrito de los “amores difíciles” de Gabo –nuestro patriarca caribe más unánimemente querido y más justamente famoso– con el Cine.
Se nos hace sin embargo que, más allá de las críticas, justificadas
o no, al tratamiento y factura de tal o cual película inspirada en alguna de
las inmortales, impecables y maravillosas historias escritas por el colombiano
más ilustre y universalmente conocido y reconocido, esos amores no han sido “en
realidad de verdad” tan difíciles como ya se ha vuelto fácil decir.
Empecemos nosotros por constatar y reconocer que Gabriel
García Márquez, al llegar este año a sus 85 calendarios de una vida rica y
pródiga como pocas, intelectual y vivencialmente, puede también darse el merecido
lujo de otro haber que –con todo y su
pasión casi congénita por tantos y tantos sueños que corren en la pantalla grande
desde hace mucho más de un siglo– se le ha dado prácticamente por añadidura: en
la historia de la cinematografía universal ya está inscrita esta cifra
indiscutible: no menos de 65 películas y
telefilmes de ficción, de muy diversas nacionalidades, proceden
directamente de los universos literarios del creador del realismo mágico y los
mundos macondianos.
Nada casual para un universo personal tan vasto y denso y
atrayente como el del autor de Cien años
de soledad. Pocos otros autores en el mundo podrían mostrar una similar
metástasis de su obra literaria hacia lenguajes y estéticas de tan distintas
naturaleza y dimensiónes.
Y lo cierto también es que solo una de esas películas –la más
corta entre las 35, para mayores señas– ha llegado a ser, hasta su estética
final, producto de su ingerencia y voluntad personales, aunque como parte de un
“colectivo indivisible”: aquella en que tuvo el arresto juvenil de fungir como
director, al lado de algunos de sus igualmente jóvenes y talentosos amigos del
Grupo Barranquilla, en 1954: La Langosta Azul, menos de media
hora del más puro y experimental surrealismo filmado, cinta que habría de
quedar como la ópera prima del cine
de ficción en la historia fílmica del Caribe colombiano.
No poca de la filmografía conexa con la vida y obra de García
Márquez corresponde a películas ajenas que toman prestados los argumentos e
historias, y las recrean con mayor o menor fortuna, de una u otra de las
novelas y cuentos del escritor. Pero también es cierto que no menos de la mitad
de esa filmografía está representada en otros tantos guiones, expresamente
escritos para el cine, que llevan la nítida y reconocible firma de Gabriel
García Márquez.
Es de todos conocido que nuestro Gabo se enamoró de la magia
del cine desde niño y quedaría ya, por siempre, incansablemente fascinado ante
la gran pantalla y el ritual siempre sorprendente de sus citas de cinéfago
solitario en innumerables salas oscuras del ancho mundo.
Un enamorado que, por fin, pronto hallaría cómo darle puerta
de escape a su desbordante pasión secreta por los sueños filmados: el guión de
cine, territorio igualmente creativo donde hizo confluir su vasto dominio del
idioma y las palabras, con la poderosa fuerza condensadora del pensar en términos
de imagen y de acción encadenadas.
A la hondura de esa pasión de Gabo, y a su expresión en las
más variadas formas y estéticas, se consagra este año 2012 el XVI Salón
Internacional del Autor Audiovisual, que ante todos ustedes, también amantes y
amigos del cine, trae como lema, título y contenido: El Guión, una pasión de Gabo.
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